La Texturización de los estados
La Texturización de los estados mentales
Imagina que pudieras darle textura a tus estados mentales y emocionales. Supón que fuera posible agregar distintos sabores, sensaciones y cualidades a tu actual marco mental. Imagina también que pudieras alterar la forma en que te mueves en el mundo haciéndola más rica, plena, irradiando un aroma delicioso y fascinante. Piensa cómo sería no verte limitado o circunscrito a únicamente estados con sabor a vainilla…
Si empezamos con, y usamos, estas “suposiciones” relacionadas con la cualidad y la naturaleza de nuestros estados mentales y corporales cotidianos, podemos entonces empezar a diseñar y construir la calidad de nuestra vida. Cuando hacemos esto, nos movemos a uno de los rasgos más emocionantes y cautivadores de los meta-estados.
Estados sabor vainilla
Considera los siguientes estados mentales y emocionales
Confianza Enojo Gozo
Claridad Miedo Sentirse juguetón, travieso
Compromiso Ansiedad Respeto
Valor Tristeza Interés
Congruencia Desaliento Entusiasmo
Curiosidad Tensión Relajación
Ahora tómate un momento para explorarlos en términos de cómo experimentas la cualidad de estos estados. Puedes preguntarte acerca de su:
- Intensidad y Fuerza
- Accesibilidad y Desarrollo
- Rasgos y Sensaciones
- Ecología y Equilibrio
¿Qué tipo de textura experimentas con estos estados? ¿Qué cualidades y propiedades los caracterizan? Quizá experimentes una confianza titubeante; una confianza valerosa; una confianza tonta; una confianza juguetona; una confianza absoluta, o una claridad tenue; claridad apagada; claridad brillante; claridad alentadora; claridad curiosa, o miedo al compromiso; compromiso total, compromiso estresante; compromiso juguetón; compromiso miserable, o curiosidad agresiva; curiosidad rígida; curiosidad boba y divertida; curiosidad seria, o enojo hostil; miedo espantoso al enojo; vergüenza por sentir culpa por sentir enojo, o temor vergonzoso; temor neto; temor curioso; temor juguetón.
Sacando a la luz los estados-meta
El hecho de que experimentemos nuestros estados mentales-corporales haciendo referencia a otras cualidades y propiedades nos revela que tenemos, y llevamos con nosotros, estados-meta. Comúnmente, sin embargo, no los experimentamos como “meta”. El conjunto de cualidades parece formar parte integral de un solo estado, de una sola experiencia. Lo que esto significa es que los pensamientos y sentimientos de nivel más elevado que hemos aplicado o “concentrado” en el estado sabor vainilla se han fundido en el estado y forman ahora su textura.
Por supuesto, cuando esto paso, dejamos de percibirlos como separados de nuestros estados cotidianos normales. Se convierten en una parte del esta-do, en lugar de estar aparte. Ingresan al estado como niveles superiores que imprimen ciertas cualidades y gobiernan nuestros marcos de referencia. De esta manera, nuestros estados-meta parecen ocultarse y hacerse invisibles a nosotros a pesar de que nunca salimos de casa sin ellos.
No obstante, podemos fácilmente “separar” los niveles más altos. Podemos usar las cualidades de nuestros estados como una forma de “sacar a la luz” nuestros estados-meta (ya sea los propios o los de alguien más). Simplemente indaga sobre las características del estado. Pregunta, cuando estás enojado ¿qué características tiene tu enojo? ¿Querría verte enojado? ¿Te vuelves respetuoso y reflexivo cuando estás enojado? ¿O pierdes la cabeza y te pones agresivo? ¿Eres capaz de conservar la paciencia y la civilidad cuando te sientes contrariado y enojado? ¿O te vuelves impaciente y grosero? Las respuestas y comentarios que emergen de estas preguntas relacionadas con las “cualidades” del estado ponen de manifiesto los marcos de referencia superiores. Y comúnmente hay muchos de ellos. Puedes también inquirir acerca de otros fenómenos que están a nivel meta:
¿Cuál es tu creencia acerca del enojo?
¿Qué experiencias de tu historia personal alimentan esa creencia?
¿Qué valores o antivalores tienes acerca de experimentar enojo?
¿Qué juicios morales haces al respecto?
¿De qué manera el enojo favorece o entorpece tu destino, misión y visión?
¿Qué esperas del enojo?
¿Qué esperas de la gente cuando estás enojada?
Entendiendo los meta-niveles en nuestros estados
Lejos de agotar el tema, estas preguntas nos ponen apenas en el inicio en este campo de los meta-niveles. Para comprender a plenitud lo que entendemos por estados-meta y el porqué de su importancia, necesitamos dar un paso atrás y reflexionar sobre nuestros estados cotidianos. En un primer momento, parecen ordinarios, simples, como si fueran sabor vainilla, sin mayor sofisticación. Pero no lo son. Tienen textura. Tienen propiedades, rasgos y características que van mucho más allá del simple sabor vainilla. Conforme pasan los años, a través de las experiencias de cada día, llegamos a calificarlos. Los colocamos dentro de distintos marcos de referencia. Y cada vez que hacemos esto, creamos un estado de nivel meta. Y recuerda, estamos usando el término “estado” aquí como un término holístico y dinámico que incluye el estado mental, corporal y emocional.
Así que, retomando mi ejemplo sobre el enojo, llegamos a experimentar pensamientos y sentimientos y sensaciones neurológicas somáticas con relación al estado de enojo. Nos gusta o nos disgusta. Lo tememos o nos encanta. Nos horroriza o lo anhelamos. Creemos que puede servirnos; creemos que únicamente empeora las cosas. Todos estos son estados-meta. Son estados mentales y emocionales dinámicos, siempre en movimiento y siempre cambiantes con relación a otros estados.
Estructuralmente, un estado-meta se coloca en una relación especial con nuestros otros estados, porque supone un tomar conciencia acerca de ellos. El estado superior o estado meta funciona como una categoría para entender y sentir el estado inferior. Es por eso que “temer nuestro enojo” difiere tanto en textura de “respetar nuestro enojo”. Es por eso que “avergonzarse por sentir enojo porque esto sólo empeora las cosas” difiere tanto en textura de “apreciar mi capacidad de enojarme porque esto me hace saber que algo que yo valoro está siendo amenazado y me permite explorar respetuosamente la situación”.
Como niveles lógicos superiores, los marcos mentales y emocionales que aplicamos a nuestras experiencias primarias representan las influencias que gobiernan nuestras vidas. Como mensajes acerca de nuestras experiencias inferiores, los marcos superiores modulan, organizan y gobiernan. Funcionan como “atractores” auto-organizados en el sistema mente-cuerpo. Por eso los estados-meta son tan importantes. En tus estados-meta encontrarás todos tus valores, creencias, expectativas, identificaciones, etc.
La naturaleza sistémica de los estados-meta
Podemos separar la estructura de nuestros marcos de referencia superiores (o estados-meta) de nuestras experiencias primarias, con el solo propósito de analizarlos y entenderlos. En la práctica, los niveles primarios y los meta-niveles se funden en uno. Hace muchos años Arthur Koestler introdujo el término holons para designar el todo y las partes que componen nuestra realidad. El término designa una entidad que es en sí misma un todo y, no obs-tante, es simultáneamente una parte de algún otro todo.
Consideremos nuestros estados como holons. Los experimentamos como un todo: confianza, valor, compromiso, gozo, jovialidad, desaliento, etc. A cada uno lo experimentamos como un todo en sí mismo. Y, sin embargo, existen también (y de hecho sólo existen) como partes de un todo más grande. Sin un cuerpo, un sistema nervioso funcionando adecuadamente, un cerebro pensante, vida, oxígeno, atmósfera y demás elementos, no tendríamos estado alguno. Un estado mental y corporal también opera como un holon en térmi-nos de todos los marcos mentales y emocionales superiores (creencias, valores, expectativas, etc.) que lo sostienen. El estado de confianza es un todo y es también parte de muchos otros marcos de niveles superiores.
Ken Wilber escribe sobre los holons en términos de acción (ageng) y comunión, trascendencia y disolución. Cada holon tiene su propia identidad y autonomía. No obstante, dado que parte de un todo más grande, también se comunica con y participa en otros “todos”. Esto le permite trascender e ir más allá de lo que ha sido para llegar a ser todo lo que puede ser. Puede añadir a sí mismos nuevos componentes. O puede disolverse. Un holon puede ser jalado hacia arriba o hacia abajo.
Cuando un estado, como un holon, se mueve hacia arriba, trascendiéndose, algo nuevo emerge. Esto sucede, por ejemplo, cuando establecemos un objetivo tan atrayente que nos da la fuerza para vencer el temor.
En ese caso, emerge el valor. Este proceso continuo produce, sin embargo, discontinuidades, porque el salto hacia arriba no trabaja a la inversa.
En teoría de sistemas decimos que la nueva gestalt es “más que la suma de sus partes”. El reunir a todas las partes no explica la totalidad. Algo nuevo ha emergido, una forma superior de organización y estructura. Como Wilber lo expresa, “en la evolución hay tanto discontinuidades -la mente no puede reducirse a la vida, y la vida no puede reducirse a la materia- como continuidades” (1996, p. 24).
Dice también que los holons emergen holarquicamente (p. 27), usando un término que viene también de Koestler y que reemplaza al de ‘jerarquía’. Una holarquía es una jerarquía natural, no las que nosotros creamos, que su-ponen dominación. Las jerarquías naturales ascienden en orden de creciente totalidad: de partículas a átomos a células a organismos, o de letras a palabras a oraciones a párrafos. El todo de un nivel se convierte en una parte del todo del siguiente nivel. Cada nivel superior abraza y diluye dentro de sí el nivel anterior.
Es por eso que, cuando tomamos un estado primario, como por ejemplo el enojo o la confianza, y le superponemos varios marcos, creamos nuevas propiedades emergentes que nutren nuestra mente y nuestro cuerpo. Imagina que rodeas tu enojo con aceptación, aprecio y, luego, asombro. Imagina que se diluye en medio del amor, el respeto y el honor. Imagina que le aplicas paciencia, valores y sensatez. Imagina que le incorporas consideraciones ecológicas, rectitud moral y honra. Mezcla bien. Ponlo en el horno de tu mente y permite que se cueza por un tiempo…
Imagínate que haces uso de tu poder para actuar en el mundo con aceptación y amor. Imagina que lo diluyes en gozo, emoción y señorío. Imagina que le aplicas esperanza, objetivos deseados, disposición a correr riegos inteligentes, amor y consideración hacia los demás. Mezcla todo esto bien en un estado de relajación contemplativa. Déjalo que se honre conforme aprendes, exploras, te desarrollas…
La texturización se da. Ahora puedes tomar en tus manos el proceso y diseñar el tipo y la calidad de los estados que te permitirán vivir la vida de manera nueva y estimulante.
Un estado superior: trasciende e incluye
Para trascender un estado sabor vainilla sin mayor chiste, empezamos por el nivel de conciencia primario conforme nos damos cuenta de los pensamientos y sentimientos que experimentamos acerca de algo “allá afuera” en el mundo real. Esto define un estado primario. Nuestra atención se centra en algo externo a nosotros mismos. Sentimos temor de manejar aprisa, de estar en lugares cerrados, o de un tono de voz en particular. Nos enoja la violencia, los insultos y aquello que resulte amenazante a nuestro estilo de vida. Nos sentimos deleitados y gozamos de la belleza de un paisaje o de una pieza musical.
Trascendemos esta experiencia al incluirla mientras nos elevamos a niveles más altos de pensamiento, emoción y conciencia. Esto crea un nuevo nivel de organización. Tenemos algo más elevado que al mismo tiempo conserva lo esencial del nivel inferior, más algo adicional. Podemos experimentar un enojo respetuoso, considerado o paciente que, no obstante, sigue siendo enojo. Aún tenemos esa sensación de que nuestra persona o nuestra forma de vida está siendo amenazada o corre peligro y, sin embargo, el enojo está ahora “texturizado” en niveles mentales y emocionales más amplios. Esto provoca que algo nuevo emerja. Tenemos el estado de enojo más algo que trasciende el “mero” enojo (esto es, enojo en bruto, enojo animal). Ahora tenemos un tipo más elevado de enojo, el enojo humano. Puede ser incluso un enojo espiritual.
Tenemos una jerarquía de estados u holarquía porque, como Aristóteles lo señaló por primera vez, todo lo inferior está contenido en lo superior, mas no todo lo superior lo está en lo inferior. Las moléculas contienen átomos, pero los átomos no contienen moléculas. Conforme nos movemos hacia arriba, el nivel superior incluye al inferior y lo trasciende. Y al trascender el infe-rior, se enriquece con nuevas características, cualidades, propiedades, rasgos. Esto nos ofrece la posibilidad de construir nuevas propiedades emergentes para nuestros estados. Nos permite el paso a la estructura de la subjetividad conforme las experiencias se hacen más complejas y completas.
Cuando a nuestro aprendizaje se le añade el placer del descubrimiento y la diversión, cuando lo rodeamos de pasión y del propósito de mejorar la calidad de nuestra vida, algo nuevo emerge. Tenemos un estado de aprendizaje apasionante que es mucho más dinámico, algo que realmente nos estimula y que incorpora muchas de las cualidades del modo de aprender de los “genios”. Cada nivel mayor tiene nuevos componentes adicionales que enriquecen la gestalt emergente. A partir de aquí surge algo más grande y expansivo. Ahora tenemos el “estado de aprendizaje plus” (mejorado, superior).
Permeación del meta-estado
Cuando escribí Meta-Estados (1995), cometí varios errores en la conceptualización y teorización del modelo. (Mismos que se han corregido en la nueva edición a publicarse a mediados del 2000.) Uno de eso errores implicaba el suponer que los estados superiores no podían ser anclados kinestésicamente. En ese entonces no comprendía que los niveles superiores operan como holons, ni que éstos no sólo trascienden sino también abarcan e incluyen a los niveles inferiores. Ahora entiendo que ellos permean los niveles inferiores, otorgando a los otrora estados de vainilla simple toda clase de ricas texturas, sabores, aromas.
En este mismo sentido, Bobby Bodenhamer y yo hemos desarrollado recientemente toda una serie de patrones y procesos para favorecer una integración mente-cuerpo que permita a los niveles superiores filtrarse hacia abajo a través de todos los niveles. Esto completa el proceso a partir del cual superponemos, como en capas, un pensamiento a otro y un sentimiento a otro hasta terminar con los holons, estados del todo y de la parte, dentro de un sistema jerárquico y holárquico. Estas experiencias de “estados-plus” nos ofrecen estados de la más alta calidad a los que hemos dado textura con los mejores recursos. Y cuando has llegado a este lugar, has alcanzado la cima del dise-ño y la creación de estados meta. Ahora tenemos un proceso poderoso para texturizar nuestros estados a fin de que respondan a los diseños que deseamos.
©L. Michael Hall 2000
Referencias:
Hall, L. Michael (1995). Meta-states: Reflexivity in human states of consciousness. Gran Jct. CO: E.T. Publications.
Hall, L. Michael & Bodenhamer, Bobby (1999). The Structure of Excellence: Unmasking the meta-levels of submodalities. Gran Jct. CO: E.T: Publications Hall, L. Michael (2000). Frame Games: Persuasion elegance. (En Imprenta). Wilber, Ken (1996). A Brief History of Everything. Boston MA: Shambhala