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Resiliencia

La Resiliencia

El concepto de resiliencia, en términos de sus raíces, es como brincar hacia atrás como un resorte; cuando éste recibe presión, en el momento de soltarlo y regresar a su forma original. Estaríamos hablando de la capacidad que tenemos las personas para cuando se recibe algún impacto del medio ambiente, físico o sicológico, así pues, por decirlo de alguna manera, podamos recuperarnos y regresar a un estado normal.

Para algunos autores, la resiliencia es como la capacidad de transformarte después de haber recibido, técnicamente hablando, algún aprendizaje; es la capacidad de recuperarte al menos en el nivel en el que estabas. Todo tiene un proceso, es decir, si tienes un impacto, rara vez te llegas a recuperar inmediatamente. Por ejemplo, en la perdida de un familiar o un ser querido se lleva un tiempo de duelo más largo. Si  fuera una perdida más pequeña te recuperas un poco más rápido, digamos lo de esta manera, en la vida se te presentan obstáculos y tú logras seguir adelante. Obviamente estamos hablando desde términos psicológicos; cuando las personas que se enfrentan a alguna adversidad, la capacidad de resiliencia seria aquello que te dobla o aquello que te permite que lo enfrentes, lo superes y sigas adelante. Las personas que no son resilientes, cuando llegan a vivir ese impacto los puede llegar a derrumbar y pueden caer en una depresión o generar alguna enfermedad.

Las personas resilientes pueden llegar a enfrentar la adversidad, resuelven y continúan, no todos tenemos la capacidad de ser resilientes todo depende del aprendizaje y la fortaleza que desarrollas sobre todo a nivel de infancia.

Factores que nos permiten -o impiden- ser resilientes:

Entendiendo un poco el concepto, cualquier cosa que nos ayude a reponerse de la adversidad nos va a ayudar a ser resilientes. La principal manera de serlo es teniendo confianza en poder salir adelante. Por ejemplo, un padre sobre protector que ve que su hijo no puede abrochar sus agujetas y se acerca y se las abrocha, aunque pareciera ser un gesto muy amable, le ésta enseñando al niño que él no puede hacerlo, y eso sería un factor que va contra la resiliencia.

Si desde pequeño aprendo que necesito la ayuda de otros para hacer las cosas y a no sentirme capaz de afrontar cualquier reto, por muy pequeño que sea, será un factor que no me permita desarrollar mi resiliencia y, como tal, sería un factor de riesgo. Se le podría decir a los padres que permitan que se caiga, que se suba a un árbol, que tropiece y se levante, por qué así el niño aprende a reponerse y hacer sus propias cosas; es importante permitir que tengan ciertas responsabilidades y que saquen sus talentos, es necesario que estos también florezcan.

Elementos que componen la resiliencia

Los elementos que componen la resiliencia son dos: el primero es la resistencia y el segundo la flexibilidad, es decir que tan fuerte puedo ser a la adversidad que no me pueda doblegar y que tan flexible puedo llegar a ser, me permito hacer para lograr lo que deseo. Donde podría entrar la resiliencia o como afrontarlo tal vez unos opten por hablarlo y poner un límite o flexibilizar mi limite; es ahí donde entra la resiliencia, es mi capacidad de resolver aquello que el contexto me presente si es adverso, cualquier forma que me permita continuar con lo que yo deseo así podemos entrar en varias escalas de valores que me permito o que no me permito, pero no se trata de desafiar a la autoridad en contra de mis valores.

¿Qué tiene que ver la resiliencia al poner límites? Se dice que la última frontera ésta en tu interior. Puede haber situaciones donde no podrás poner límites, pero lo que si puedes es reponerte de la adversidad, pues tu libertad interior no puede ser tocada para que no nos afecte más allá del alma.

Se considera que la base de la resiliencia es la autoestima. Si tienes una autoestima sana, hay confianza en tus capacidades y en tus habilidades, por eso es la mejor manera de hacerlo es trabajando en la auto confianza y la seguridad y saber que el dolor es parte de la vida, y que a veces hay situaciones difíciles que hay que aprender que hay cosas que si se pueden y cosas que no pero hay que manejar la frustración.

Vivimos en una época donde todo es tan acelerado que no se puede manejar, si no buscas una salida esto te puede llevar a una frustración muy grande; estamos  acostumbrados a soluciones rápidas y a obtener lo que queremos ,pero definitivamente no siempre es posible; a veces tenemos que esperar. Cuando somos adultos tenemos una figura más formada pero no significa que no podamos cambiar, quizás nos podría costar algo más de tiempo reponernos,  pero no imposible.

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